Lena *, Nidal * y su hijo Rafi* escaparon de Siria desgarrada por la guerra con la esperanza de inmigrar a Alemania. Después de detenerse en Polonia, encontraron un hogar allí, y la llamada de Rafi al ministerio se convirtió en clara para él. Lena y Rafi ahora han comenzado dos iglesias de habla árabe en Polonia.
De vuelta en Siria estaba pensando en ser un pastor, pero no sabía cuándo, dijo Rafi. Después de que vine a Polonia, vi que Dios realmente me está llamando a ser un pastor. Entonces, hablé con [los misioneros], y les pedí que ayudaran a continuar mis estudios.
En 2016, Rafi tuvo el apoyo de la iglesia para invitar a personas de habla árabe en Poznan para una conferencia de un día para medir el interés en comenzar un servicio de adoración en el idioma árabe. Veinte personas participaron, y esas personas formaron la fundación de una iglesia de habla árabe.
A medida que crecía, la congregación alquiló espacio de una iglesia pentecostal y luego se mudó a una iglesia bautista que les dio una habitación libre de costo. La congregación de Poznan finalmente tiene su propio espacio alquilado, apoyado a través de los Ministerios Nazarenos Compasivos. Mientras la iglesia continuó creciendo, comenzaron una segunda iglesia de habla árabe en Varsovia. Rafi lidera la adoración en una el sábado y la otra el domingo.
Antes de que la pandemia global comenzara en marzo, la asistencia combinada en ambas ubicaciones fue de aproximadamente 50 personas. Una vez que la pandemia llegó a Polonia, las iglesias cambiaron a reuniones y servicios de Zoom en lugar de la adoración en persona.
Nuestra visión es llegar a los árabes aquí y tratar de evangelizarlos, dijo Rafi.
Lena dijo que los refugiados en Polonia han desarrollado una comunidad alrededor de su cultura compartida y el idioma que supera las diferencias religiosas. Se han convertido en amigos cercanos con personas de una variedad de orígenes de fe, justo como lo hicieron en Siria antes de la guerra civil.
La iglesia de habla árabe ha abierto puertas para compartir a Dios con personas, tanto inmigrantes como polacos. Una vez, un periodista polaco vino a hacer un segmento de video sobre la iglesia. El periodista pertenece a otra tradición cristiana y estaba fascinado por la forma en que los nazarenos adoraban y oraban. El sermón de Rafi sobre las diferencias entre Judas y Peter se quedó con el periodista.
Siempre recuerdo estas palabras, * dijo a Rafi. Quiero ser como Peter, no Judas.
El periodista ha desarrollado una relación con Rafi, Lena y la iglesia y continúa visitando ocasionalmente, a pesar de que vive siete horas de lejos.
Comenzó a estudiar la Biblia y luego tenía muchas preguntas, dijo Lena. Comenzó a compartir a Jesús con personas a su alrededor. Se convirtió en un cristiano y asiste regularmente a su iglesia.
Lena también compartió a Jesús con su maestra de idioma polaco, una mujer de Ucrania. Cada vez que se reunían para estudiar, terminarían hablando sobre Jesús durante media hora. En su última reunión, la mujer oró para recibir a Jesús.
Poco después, se mudó y comenzó una familia, pero a principios de este año envió a Lena un mensaje: «Lena, ahora conozco a Dios como tú. Lo conozco y tengo una relación con Él. Siempre oro y aprendo lo que me enseñaste».
Esta historia es adaptada de un artículo de Where Worlds Meet.
*Nombres completos omitidos para protección
Iglesia de la Región Nazarena de Eurasia
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