Pastor Marcelo Fretes y su equipo del ministerio de oración se encuentran fuera de su tribunal local semanalmente en Latacunga, Ecuador. Muchos han parado a solicitar una oración para aliviar sus cargas.

Fretes se inspiró a comenzar el ministerio después de ser testigo de otro ministerio de oración mientras visitaba una congregación en Kokomo, Indiana, Estados Unidos. Vio cómo un grupo de personas de la iglesia estableció una mesa y ofreció oración a los espectadores.

Algunas personas aceptarían esas oraciones, y algunas no lo hicieron, dijo Fretes. Recuerdo a una dama embarazada que se detuvo en la mesa para solicitar oración; estaba a punto de ir al tribunal. Su rostro parecía preocupado, pero después del tiempo de oración, parecía esperanzada.

Esta experiencia impactó tanto la vida de Fretes que decidió comenzar un ministerio similar en Latacunga. Él y su equipo establecieron una bandera que decía, «Queremos orar por usted». Cada semana, 15-20 personas se acercan al equipo de oración desean do ser orados.

Un día, una mujer vino a solicitar oración, dijo Fretes. Después de que el equipo oró por ella, sacó dinero de su bolsa. El equipo le dijo que la oración era gratis. Cuando la mujer escuchó eso, comenzó a llorar porque no podía creer que la paz que sentía era [vino libre de costo]..

Karla Vallejo y Amparo Bonilla son parte del equipo de oración que se muestra fielmente en el tribunal semanalmente. Bonilla extrajo su inspiración para participar en el ministerio de oración viendo cómo los misioneros trabajaron en Latacunga.

Mi motivación para participar en este ministerio es ayudar a las personas, dijo Bonilla. Vi cómo los misioneros [trabajaron] en Latacunga, que me inspiró a involucrarme en misiones.

Karla Vallejo es una creyente firme en la oración. Cuando participó en un evento de oración en la comunidad, se dio cuenta de las cargas de las personas que llevan con ellas.

Me doy cuenta de que siempre tenemos algo por qué orar, dijo Vallejo. Siempre hay una necesidad, un miedo, un dolor o enfermedad; cuando no conocemos a Jesús, estamos cautivos de esos sentimientos, y solo la Palabra puede liberarnos.

Fretes ha sido testigo de la mirada del miedo y la desesperación de muchos antes o después de entrar en el tribunal.

Las personas que obtienen allí [el tribunal] llegan con un corazón pesado, dijo Fretes. Muchos están a punto de recibir una sentencia ese día, y antes de entrar en ese lugar, pueden encontrar a personas que pueden orar por ellos y ayudarlos a llevar una carga. Esas personas entran con un sentido de paz para enfrentar lo que sea que necesiten enfrentar.

En las ciudades vecinas, otros pastores, tanto nazarenos como no nazarenos han visto el impacto que la iglesia de Latacunga está haciendo y están buscando replicar el ministerio de oración en su ciudad.

Fretes se siente obligado a involucrarse en cualquier lugar que vea una necesidad. Una Escritura que lo impulsó a  sumergirse en su comunidad  en Mateo 9:35.

La necesidad está allí fuera, dijo Fretes. Jesús iría donde estaba la necesidad. Se preocuparía por el ciego y el cojo. Este es nuestro tiempo (ahora) para ver la gloria de Dios. Puede preguntarse qué puedes hacer; puedes hacer mucho. Los recursos siempre seguirán la visión. Puede hacer grandes cosas con lo poco que puede tener.